Se autoriza su creación por Real Orden de 22 de marzo de 1856 y nace por iniciativa de los franceses hermanos Pereire y Banque Transatlantique, con una participación española poco significativa. Desde sus orígenes, más de la mitad de los recursos se invierten en la Compañía Ferroviaria del Norte, Minas de carbón de Barruelo y Cía. Gral. De Gas de Madrid. Superó la crisis de 1866 con enormes dificultades, que le pusieron al borde de la desaparición. Al finalizar el siglo mantiene sus participaciones iniciales y las de Fénix Español y Cía. Gral. De Tabacos de Filipinas. En 1902, agobiado por su fuerte endeudamiento en obligaciones con cláusula oro, se transforma en banco y de sus cenizas surge el Banco Español de Crédito. En la constitución de éste aparece ya una amplia representación de financieros españoles: Raimundo Fernández Villaverde, Marqués de Cortina, Conde de Mejorada del Campo, y otros. En 1927 se nacionaliza completamente el capital del banco y se incorporan apellidos. El título está firmado por Pereire. Sociedad General de Crédito Moviliario Español: acción de gracia al portador.