Se constituye en Santander autorizado por Real Decreto de 1 de marzo de 1861, con el carácter de sociedad anónima de crédito y a iniciativa de un grupo de comerciantes: Pombo, Bustamante (ambos vinculados a la constitución del Banco de Valladolid ), Perojo, Cabrero y otros. Mantuvo importantes depósitos en metálico, como sucedía en todo el norte del país, donde el público confiaba a las entidades financieras fuertes sumas de dinero, práctica que era poco habitual en Andalucía y Levante en la misma época. Las pérdidas de los años 1866, 1867 y 1868 le conducen a la disolución. No obstante, en el título que se exhibe figura un cajetín con la fecha de 1890 y con el texto “pagó una peseta por acción”, lo que sugiere su existencia jurídica en este último año.

Alfonso García

Dedico mi tiempo libre a escribir artículos de opinión en El Correo Gallego y en Mundiario.com, y monografías sobre temas diversos. Actualmente corrijo y amplío mi último libro, “Algunos abuelos de la democracia (Iglesias, Zapatero, Rajoy, Sánchez, Rivera)”, con semblanzas de “otros abuelos” de políticos de hoy, como los de Aznar, Casado, Maíllo y Lastra, entre otros. También actualizo museofinanciero.com, un museo virtual de documentos antiguos relacionados con el sistema financiero español y el ferrocarril. Gracias por tu visita.
Alfonso García López (Madrid, 1942), jubilado como notario y escritor.