Crece la sensibilidad en relación con la protección del medio ambiente, y con el reciclaje de residuos en particular, merced a la labor educativa de instituciones públicas y privadas. La norma que obliga a los comercios a cobrar las bolsas de plástico tiene como finalidad disuadir de su utilización, para proteger el medio ambiente.

Pero si observamos los expositores de cualquier comercio –alimentación, textil, limpieza, electrodomésticos, cuidado personal, etc., comprobaremos que los envases de lo que introducimos en la bolsa de plástico que pagamos -o en la que llevamos de casa-, contiene mucho más plástico que las insignificantes bolsas de transporte; así sucede con productos frescos envasados, de limpieza, aseo, bebidas, ropa, juguetes,…

Es algo así como querer y no poder, tirar la piedra y esconder la mano o amagar sin dar. A ello se añade, algunos dirán que es una anécdota, determinados aspectos de la vida de la niña sueca Greta Thunberg, activista del cambio climático, que atravesó el océano Atlántico en un velero para asistir a una reunión internacional sobre el cambio climático, dando muestra de solidaridad ecológica. Su imagen ha hecho furor en las redes sociales y en los espacios de noticias de televisión. Tal vez se trate de una campaña publicitaria detrás de la que habrá algún poderoso grupo económico.

Pero esta sobre exposición de la niña en los medios de comunicación de todo el mundo tiene su faceta negativa. Hace unos días vimos la imagen de Greta desayunando en un tren, suponemos que sería eléctrico –pero, ¿de qué fuente vendría esa energía?-, desayunando opíparamente, rodeada de envases de plástico de margarina, pan, yogur,…; en fin, se le escapó esta imagen al jefe de la campaña publicitaria.

Es lamentable que alguien utilice la actitud, de buena fe, no me cabe ninguna duda, de una niña, ya sean sus padres o un potente empresario sueco; pero a ello hay que añadir el comportamiento farisaico sobre la protección del medio ambiente: si pagamos la bolsa, la contaminación es menor, mientras sigue utilizándose el plástico en toda clase de envases.

Hay que hacer algo, naturalmente, pero con seriedad y sin hipocresía. @mundiario

Alfonso García

Dedico mi tiempo libre a escribir artículos de opinión en El Correo Gallego y en Mundiario.com, y monografías sobre temas diversos. Actualmente corrijo y amplío mi último libro, “Algunos abuelos de la democracia (Iglesias, Zapatero, Rajoy, Sánchez, Rivera)”, con semblanzas de “otros abuelos” de políticos de hoy, como los de Aznar, Casado, Maíllo y Lastra, entre otros. También actualizo museofinanciero.com, un museo virtual de documentos antiguos relacionados con el sistema financiero español y el ferrocarril. Gracias por tu visita.
Alfonso García López (Madrid, 1942), jubilado como notario y escritor.