La casualidad quiso que esta semana conociera en Coristanco una institución como el Centro de Promoción Rural-EFA Fonteboa, cuyo objetivo está íntimamente relacionado con mi comentario anterior, presidido por el lema “el regreso a la vida rural, vía para la inserción social”.
San José María Escrivá alentó la aplicación en España del modelo francés de Maison Familiale Rurale, con el fin de mejorar las explotaciones agrícolas y la vida en el medio rural. Así, en la década de los setenta, se crearon en Galicia tres centros de formación: Fonteboa en Coristanco (A Coruña), Piñeiral en Arzúa (A Coruña) y A Cancela en As Neves (Pontevedra). Repartidos por toda España existen 26 Centros de Promoción Rural-EFA de estas características.
En Fonteboa se ofrecen los ciclos reglados de Formación Profesional de grado medio y superior, en tres líneas, agricultura, ganadería y paisajismo, a cien alumnos, de los cuales 40 viven en la residencia de estudiantes del propio centro.
Esta enseñanza se complementa con la impartición del ciclo completo de ESO, cien alumnos, y con la Educación Secundaria de Adultos (30 alumnos, algunos padres de alumnos).
Entre los principios que rigen su enseñanza es encuentra la corresponsabilidad educativa de padres y el centro, a través de las frecuentes reuniones de padres y tutores de curso. Otra característica de interés es la alternancia educativa entre las estancias de los alumnos en el propio centro y en empresas o explotaciones agrarias –tanto en Galicia como en Francia e Irlanda-; de manera que, en torno a un 30 % de las semanas lectivas se realizan en las empresas y el resto en las aulas.
El tercer pilar de los Centros de Promoción Rural-EFA, es la atención personalizada a los alumnos, a través de los tutores, que se orienta al desarrollo del conocimiento, potenciación de la fuerza de voluntad, autodominio y mejora de las habilidades interpersonales.
La enseñanza reglada se complementa con jornadas y seminarios sobre temas como micología, instalaciones ganaderas y bienestar animal, cultivos específicos de la zona, reproducción animal, transformación de lácteos, por ejemplo.
En esta línea de complementariedad educativa se encuentran las charlas y coloquios con profesionales que visitan el centro, las visitas de estudio, taller de reparación de aperos antiguos, visitas solidarias a residencias geriátricas o colaboración con Cáritas parroquial, por citar solo algunas.
Fonteboa cuenta con herramientas como un laboratorio agrario y un centro de investigación y promoción de la apicultura.
El eficaz funcionamiento de este Centro de Promoción Rural-EFA se pone de manifiesto en las casi cien empresas colaboradoras, que facilitan esa característica de la “alternancia”, fundamental en la formación profesional; a las que hay que añadir las explotaciones que colaboran en Normandie, Bourgogne y Pays de la Loire.
No todo está hecho; Fonteboa tiene visión de futuro y tiene programadas mejoras y ampliaciones, para las que necesitan la colaboración de empresas agroalimentarias y ganaderas y de centros de investigación.
La sociedad civil está viva, como ponen de manifiesto estas iniciativas, tan necesarias en el campo gallego y español, que pretenden mantener y atraer población al medio rural mediante la formación y la dignificación del trabajo. @mundiario