Hay tantos caminos a Santiago como seres humanos sienten la necesidad de emprender el Camino a la ciudad del Apóstol. El más conocido es el Camino francés, y el gran olvidado, el Camino Inglés.
Pese a su denominación, simplificada, la ruta marítima a Santiago de Galicia o Jacobsland, transportó a la ciudad de A Coruña desde el siglo XII, con el propósito de continuar a Compostela, peregrinos de las Islas Británicas, Islas Orcadas, Islas Feroe, Islandia, países escandinavos, norte de Alemania, Finlandia y Polonia.
Entre los siglos XI y XIII las peregrinaciones a través del Camino Inglés estuvieron vinculadas a las Cruzadas, cuyos navíos se concentraban en puertos del sur de Inglaterra y partían hacia A Coruña, para desde allí dirigirse a Santiago a impetrar su ayuda en la defensa de los Santos Lugares frente al islam.
Entre los siglos XIV y XVII los barcos de la Liga Hanseática dieron un fuerte impulso a las peregrinaciones jacobeas desde el norte de Europa, pues además de mercancías admitían peregrinos en los puertos en los que hacían escala antes de tomar rumbo a Galicia, principalmente al puerto de La Coruña.
Los siglos XIV y XV fueron la época dorada del Camino Inglés, sobre todo desde Inglaterra; las expediciones marítimas directas desde los puertos de Bristol, Norfolk, Darmouth y Plymouth, entre otros, con destino directo a La Coruña, como puerto más cercano a Compostela, llegaron a tener una cierta regularidad. Las estadísticas inglesas revelan que en los años de “perdonanza”, año santo, el número de licencias oficiales para emprender la peregrinación, se aproximaba a 3.000 peregrinos; cifra a la que habría que añadir los lo hacían sin permiso oficial.
A partir del siglo XVI se produce una importante reducción en el número de peregrinos, como consecuencia de la Reforma.
A finales del siglo XIX y principios del XX, recupera una parte de su antigua importancia, a partir de la bula del Papa León XIII que declaraba la autenticidad de las reliquias del Apóstol y sus discípulos, tras las excavaciones llevadas a cabo en la catedral entre los años 1878 y 1879. También influyó positivamente la obra Richard Ford A handbook for travelers in Spain, de la que se hicieron seis ediciones antes de que finalizara el siglo XIX.
Entre los cruceros que atracan con regularidad en el puerto de A Coruña se encuentran el Hanseatic Inspiration y el Hanseatic Nature, que evocan la época dorada del Camino Inglés bajo el impulso de la Hansa. ¿Sería una utopía vincular la escala de estos cruceros procedentes del norte de Europa a la ruta inglesa del Camino de Santiago?
Xunta de Galicia, Academia Xacobea, Autoridad Portuaria de A Coruña, Ayuntamiento de la ciudad, Diputación Provincial de A Coruña y empresas privadas tendrían algo que decir. @mundiario
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