En tiempos de la oprobiosa, aparecieron dos periódicos –Marca y el El Caso, este conocido como el diario de las porteras- considerados entonces y después por quienes iban de progres y opositores, opio del pueblo y pan para mantener entretenido al personal.

¿Qué sucede hoy, con un nivel cultural medio más alto, supuestamente, y una libertad incomparable con la de entonces? Pues más o menos lo mismo. Con una particularidad: lo que entonces era noticia sólo en esos periódicos, hoy ocupa las primeras planas de medios de comunicación, plataformas de información y redes sociales.

Añadiré otra peculiaridad: a sucesos y fútbol hay que añadir hoy lo que, eufemísticamente, se conoce como noticias del corazón, más propiamente crónica de escándalos varios: infidelidades, sexo, cambios de pareja, costumbres vulgares y vicios de los llamados VIPS, bodas amañadas para trincar, fraude fiscal de famosos, corrupción, violencia, maltrato, etc.

Estos tres niveles de “noticias” se encaraman a los telediarios y primeras páginas de la prensa, en detrimento de lo verdaderamente noticiable. Con cierta frecuencia me tomo la molestia de contar el número de noticias de algunos telediarios y cuántas de ellas corresponden a sucesos escabrosos y similares. La encuesta más reciente que he hecho, en un telediario de las 21:00 horas, dio este resultado: sobre un total de 25 noticias, 14 fueron “normales” (56 %) y las 11 restantes (44%) estaban relacionadas con asesinatos, agresiones, desastres, violaciones y otros delitos.

Tengo la duda de si los editores “echan” esta alfalfa al pesebre para mantener al personal distraído y sin pensar, o lo hacen porque nos consideran tontos -tal vez las dos cosas. Añadiré que en los porcentajes indicados no está incluido el opio del fútbol. Y las noticias realmente trascendentes, nacionales o internacionales, se tratan con prisa y de forma superficial.

¿Es esta la libertad de expresión con la que nos conformamos?, ¿qué diferencia hay entre este opio y el de hace 60 años? Les propongo que hagan este ejercicio sentados ante las noticias del televisor.

Los medios de comunicación fueron considerados el cuarto poder, y lo es, pero, ¡ojo con el poder de la publicidad!, que emite mensajes sibilinos destinados a modificar costumbres, gustos y jerarquía de valores por derroteros interesados; de este tema me ocuparé otro día. @mundiario

Alfonso García

Dedico mi tiempo libre a escribir artículos de opinión en El Correo Gallego y en Mundiario.com, y monografías sobre temas diversos. Actualmente corrijo y amplío mi último libro, “Algunos abuelos de la democracia (Iglesias, Zapatero, Rajoy, Sánchez, Rivera)”, con semblanzas de “otros abuelos” de políticos de hoy, como los de Aznar, Casado, Maíllo y Lastra, entre otros. También actualizo museofinanciero.com, un museo virtual de documentos antiguos relacionados con el sistema financiero español y el ferrocarril. Gracias por tu visita.
Alfonso García López (Madrid, 1942), jubilado como notario y escritor.