Pulso al Estado es el título del último libro de José Antonio Vázquez Taín; páginas claras, sinceras y contundentes sobre la situación actual de Cataluña y sus antecedentes. Para llegar hasta aquí, España ha ido bajando escalones, en un largo y lento proceso de deterioro de la convivencia.
El autor plantea la necesidad de crear un diccionario para comprender lo sucedido. Así, términos como procés, autodeterminación, derecho a decidir, legitimación democrática, Estado-nación-nacionalidad-España, ley y democracia, “España nos roba”, luchas dinásticas-invasión española, política y respeto a la Ley, entre otros, son algunos de los que analiza desde una doble perspectiva: la torcida definición de los nacionalistas, y el verdadero sentido de esas expresiones.
El origen del gallinero en que se ha convertido el Congreso de los Diputados se encuentra en la Ley Electoral, que permite obtener una representación desproporcionada e injusta a los partidos que pretenden la ruptura del sistema y la desmembración de España. Este fue uno de los asuntos más polémicos durante la discusión de la Constitución, dadas las reivindicaciones de los nacionalistas; los ponentes no tuvieron otra opción que transigir.
Más tarde vendrían las componendas interesadas de los sucesivos presidentes del Gobierno en sus investiduras: cuando carecían de mayoría absoluta, porque los nacionalistas eran necesarios para alcanzar el poder –siempre a costa de concesiones-, y cuando tenían mayoría absoluta, nada se hacía para no herir sensibilidades.
¿Nos hemos olvidado de Banca Catalana y otros casos de corrupción? Otro peldaño fue el de “su problema es el 3%, señor Mas”. Toda España lo escuchó, pero desapareció del acta de la sesión, y aquí paz y después gloria. Añadamos los escándalos económicos de la familia Pujol y otros protagonizados por políticos catalanes: ¿por qué la justicia ha actuado de forma versallesca en algunos casos? La solución de los procesados siempre fue la misma: envolverse en la bandera catalana y afirmar que la patada en el trasero que me dan es un ataque a Cataluña y los catalanes.
¿Cuántas leyes han conculcado los gobiernos catalanes?, ¿cuántas sentencias judiciales han despreciado?, ¿qué decir de la altanería ante las resoluciones del Tribunal Constitucional? Y, entre tanto, los gobiernos turnantes han sido consentidores. ¿Cómo se puede situar la urna por encima de la Ley?! Dicen ellos: “votar no es un delito”, a lo que habría que añadir: siempre que no incumpla la Ley.
Detrás del nacionalismo, dice el autor, no hay ideología política –entendida ésta en el sentido de procurar la mejora de la vida de los ciudadanos-, sino la soberbia de creerse por encima de los demás. Y esta idea, por injusta, incierta e insolidaria, genera odio: en unos por lo que no les conceden; en los otros, porque nos consideran menos que ellos.
Un libro aleccionador, que deshace muchos tópicos, recuerda la historia –lo que sucedió, no lo que se imaginan algunos-, hace autocrítica de determinados comportamientos judiciales, censura actitudes pasadas y presentes de la clase política y permite entender el desarrollo del proceso judicial.
Detrás del nacionalismo, dice el autor, no hay ideología política –entendida ésta en el sentido de procurar la mejora de la vida de los ciudadanos-, sino la soberbia de creerse por encima de los demás. Y esta idea, por injusta, incierta e insolidaria, genera odio: en unos por lo que no les conceden; en los otros, porque nos consideran menos que ellos.
Un libro aleccionador, que deshace muchos tópicos, recuerda la historia –lo que sucedió, no lo que se imaginan algunos-, hace autocrítica de determinados comportamientos judiciales, censura actitudes pasadas y presentes de la clase política y permite entender el desarrollo del proceso judicial.
No estamos ante un conflicto político, sino ante una actitud de desobediencia flagrante. Sin respeto a la Ley no hay convivencia posible. @mundiario