“Milei está empobreciendo a Argentina”, dijo la señora Díaz hace unos días. Desconoce lo que sucede en el mundo.

No seré yo quien defienda a Milei y su Partido Libertario, lo que no me impide reconocer el derecho de los argentinos a cambiar el rumbo de la política de su país, tras el fracaso del peronismo y su heredero el Partido Justicialista.

Ese brusco cambio de dirección se viene produciendo en países de todo el mundo y se vislumbran otros: ahí está el caso de Francia. Porque el pueblo, hastiado de la incapacidad de “unos” para dar solución a sus problemas de cada día, votan a los “otros” con la esperanza de que los resuelvan.

Entre los años 1989 y 2023 los sucesivos gobiernos del Partido Justicialista, con el paréntesis del gobierno de Macri, llevaron a Argentina a una situación de catástrofe: inflación galopante, deterioro del valor del peso, agotamiento de las reservas de divisas, déficit presupuestario permanente, inseguridad ciudadana, corrupción y pobreza. Al finalizar el año 2023 más de un 40 % de la población se encontraba en esta última situación.

La señora Díaz no debería olvidar la similitud entre su partido y los que llevaron a Argentina al desastre, y reflexionar sobre las consecuencias de las medidas que ella y el Gobierno del que forma parte, vienen adoptando.

Aumento de los subsidios; disminución de la jornada laboral sin contar con la patronal; encubrimiento del paro con el eufemismo “fijos discontinuos”; tolerancia en la llegada de inmigrantes y no permitirles firmar un contrato de trabajo hasta alcanzar dos años de residencia; insuficiencia de las inspecciones laborales que permitan erradicar el incumplimiento de horarios, la existencia de trabajadores no asegurados, etc.; las subidas del salario mínimo en un momento inflacionista…

Tal vez, los informes de su departamento de comunicación se limitan a pasarle noticias con las que reforzar sus ideas preconcebidas y justificar sus decisiones, porque no está predispuesta a aceptar sus errores: ahí está el fracaso de Sumar y el de todas sus anteriores ubicaciones políticas.

Repare en algunos de los logros de Milei, en seis meses y sin un apoyo parlamentario adecuado.

Ha reducido en cinco puntos el gasto público sobre el PIB; eliminó privilegios de la casta política y líderes gremiales; la inflación mensual ha bajado de forma notable; por primera vez en muchos años, el primer trimestre de este año los presupuestos tuvieron superávit; crecieron las reservas de divisas; descendió la prima de riesgo país; se puso fin al control de alquileres, lo que generó aumento de la oferta de viviendas y disminución de los arrendamientos…

Las importantes cosechas de soja, trigo, maíz y otros cereales de este año colaborarán en la mejora de la situación económica general.

Obviamente, los recortes ejecutados y los anunciados ―no engañó a nadie en la campaña electoral―, han generado daños sociales, el Banco Mundial prevé un descenso del PIB del 3,5 % en este año, y un crecimiento del 5 % para el año 2025.

La política de déficit y endeudamiento permanentes no es sostenible, señora Díaz. Vivir por encima de las posibilidades reales es una utopía y ustedes, con sus discursos, pretenden que creamos en ella. En economía no hay milagros, aunque políticos como usted traten de engañar con su verborrea.

Observe y critique a Milei, pero no le atribuya la pobreza del país, porque él llegó al poder cuando la situación era insostenible. @mundiario
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Alfonso García

Dedico mi tiempo libre a escribir artículos de opinión en El Correo Gallego y en Mundiario.com, y monografías sobre temas diversos. Actualmente corrijo y amplío mi último libro, “Algunos abuelos de la democracia (Iglesias, Zapatero, Rajoy, Sánchez, Rivera)”, con semblanzas de “otros abuelos” de políticos de hoy, como los de Aznar, Casado, Maíllo y Lastra, entre otros. También actualizo museofinanciero.com, un museo virtual de documentos antiguos relacionados con el sistema financiero español y el ferrocarril. Gracias por tu visita.
Alfonso García López (Madrid, 1942), jubilado como notario y escritor.