Pablo Iglesias ha adoptado la postura del mono sabio mudo. Creo que la desaparición del super Hércules está justificada por las múltiples misiones que tiene encomendadas. Su vicepresidencia lleva el nombre de Derechos Sociales y Agenda 2030. ¿Qué es eso de la Agenda 2030? La ONU aprobó el año 2015 una resolución para conseguir el año 2030, entre otros objetivos el “fin de la pobreza, hambre 0, salud y bienestar,…., educación de calidad, igualdad de género, energía asequible y no contaminante, trabajo decente,… reducción de las desigualdades, …, producción y consumo responsables, acción por el clima, …, paz-justicia e instituciones sólidas y alianzas para lograr los objetivos.”

Es, pues, un superdelegado de la ONU en España; añadan las tareas domésticas –“bienestar social, familia y su diversidad, protección del menor, cohesión social, atención a personas dependientes o con discapacidad, adolescencia, juventud y protección de los animales”- y admitirán que no dispone de un minuto libre.

No duden que ocupa su tiempo en visitar las residencias de la tercera edad de toda España para detectar el nivel de alegría de los residentes ante la ley de la eutanasia e informarse de cómo la covid-19 ha diezmado la población de más de 65 años. Habrá quien, ingenuamente, le pregunte: “¿Por qué no se destinan más recursos materiales y personales a los enfermos terminales, para que ellos y sus familias no padezcan la desesperanza y el sufrimiento?” Tal vez, su respuesta sería bajar la mirada y salir por los cerros de Úbeda. El mismo día aprovechará para visitar algún hospital y conversar con el personal sanitario y los enfermos.

Habrá convocado una asamblea nacional de menores de edad, para informarles de la nueva ley de educación, en la que los suspensos no son obstáculo para promocionar; les explicará que las consecuencias del “aquí te pillo y aquí te mato” se resuelven permitiendo el aborto a las niñas mayores de 14 años, sin contar con la autorización de sus padres; y a los chicos, les dirá “ancha es Castilla” y “si te he visto no me acuerdo”. Otro tema para informar: cuando se apruebe el proyecto de ley de despenalización de las injurias a la Corona y los ultrajes a España, los más aguerridos podrán quemar nuestra bandera y fotografías del Rey y hasta ciscarse en estos símbolos. Y si alguno le preguntar: “Tronco, esto ya lo hacíamos y no pasaba nada”, él contestará: “Tío, pero ya no será delito y quedaréis a salvo de un juez fascistoide”.

A las familias con discapacitados les dirá que, en aras de la igualdad, lo mejor para sus hijos será integrarlos en la escuela convencional, donde aprenderán sin discriminación y todos serán felices. Me temo que algún papá se quedará perplejo.

Otra tarea que le ocupa estos días es la visita a los barrios periféricos de las grandes ciudades, en las que la gente se encuentra atrapada por la nevada, tiene frío –la energía se ha convertido en un lujo-, los mayores viven aislados y sus recursos son limitados. Cuando se quejen del precio de la energía les enviará una manta, porque si bajan el IVA no hay manta. A la Cañada Real no creo que se atreva a ir, pese a la escolta que protege su casa de escraches.

La visita a las “colas del hambre” que se forman ante asociaciones laicas y confesionales, todas privadas, para recibir alimentos y otras ayudas, le llevará su tiempo. Saludará al personal enseñando dientes y hasta les dará una palmadita en la espalda.

Finalmente, ¡cómo no!, un mitin a los pensionistas para recordarles el lema del programa de Podemos: “¡Somos la esperanza de los pensionistas!”; sí, sí,… subiendo las pensiones pero sin decir cómo las van a asegurar. Alicia en el país de las maravillas o Antoñita la fantástica. @mundiario

Alfonso García

Dedico mi tiempo libre a escribir artículos de opinión en El Correo Gallego y en Mundiario.com, y monografías sobre temas diversos. Actualmente corrijo y amplío mi último libro, “Algunos abuelos de la democracia (Iglesias, Zapatero, Rajoy, Sánchez, Rivera)”, con semblanzas de “otros abuelos” de políticos de hoy, como los de Aznar, Casado, Maíllo y Lastra, entre otros. También actualizo museofinanciero.com, un museo virtual de documentos antiguos relacionados con el sistema financiero español y el ferrocarril. Gracias por tu visita.
Alfonso García López (Madrid, 1942), jubilado como notario y escritor.