¡Qué lejos queda el 15-M! Un movimiento que zarandeó el alma dormida de los españoles e ilusionó a muchos, porque parecía que abriría las ventanas de la política para que se renovara el aire.
¿Dónde están sus líderes? Unos, abandonaron la vanguardia del movimiento y hoy se dedican de forma anónima a sus respectivas profesiones; otros, se han convertido en profesionales de la cosa, en la casta a la que ellos denostaban, han olvidado los objetivos que reivindicaron entonces y ya no se les considera “perroflautas”.
Un buen número de ellos y de sus discípulos disponen de coche oficial, pisan moqueta, han mejorado notablemente su apariencia personal, se mueven con desenvoltura y, sobre todo, siguen hablando muy deprisa aunque no hilen de forma ortodoxa las frases ni se les entienda lo que quieren decir.
Mantienen algunas de sus reivindicaciones más genuinas, pero de otras no sabemos nada.
En el olvido quedaron: la modificación de la ley electoral, para reducir los efectos de la Ley D´Hondt; el necesario arraigo real de los candidatos en las circunscripciones por las que se presentan; la supresión del régimen de aforamiento; las listas abiertas,…
¡Qué fue de la erradicación del transfuguismo! Ahí los tenemos: se presentaron bajo las alas acogedoras de Sumar y, por despecho, se pasan al Grupo Mixto del Congreso de los Diputados, en un alarde de incoherencia e hipocresía, que defienden a capa y espada con la misma fuerza que defendieron lo contrario.
Otra propuesta estrella de hace 13 años: supresión de privilegios económicos y sociales de quienes se dedican a la política, para igualar su situación con la del resto de ciudadanos. Ustedes juzgarán si han combatido por conseguirlo o se benefician hoy de las prebendas que criticaron.
En estrecha relación con lo expuesto se encuentra la donación al partido de la parte de retribución individual que superara al triple del salario mínimo interprofesional. Desde el año 2020 lo han sustituido, según dijeron, por la donación de un % -variable, según cargos- de lo percibido. En aras de la transparencia que tanto cacarearon, sana y poco habitual. ¿podrían aclararnos si lo cumplen?
Iban a acabar con la corrupción y proponían el aumento de las penas; sin embargo, los herederos del movimiento 15-M -Sumar y Podemos- votaron a favor de la rebaja de la pena por malversación sin ánimo de lucro -habría que aclarar que el concepto de lucro es amplio, y no sólo lo es llevárselo crudo a casa.
Reivindicaron la regeneración de los partidos por la vía de la democratización de su funcionamiento y ellos mismos lo redujeron a consultas asamblearias con un bajo nivel de participación y, por lo tanto, de un nulo significado representativo.
La lista continuaba: combatir el absentismo de diputados y representantes del pueblo -todos tenemos la imagen viva del Congreso de los Diputados semi vacío, con frecuencia-; disminución de los cargos de libre designación y asesores – se aireó con frecuencia el elevado número de expertos al servicio de la ministra Montero y otras-; las llamadas puertas giratorias, que mantienen su intenso rotar…
Tal vez, lo que más encrespó a muchos ciudadanos, fue y es, el derroche proverbial de recursos en los ministerios de Igualdad, Asuntos Sociales y Comercio, mediante campañas publicitarias para convencernos de que todos somos iguales, del machismo que corroe a la sociedad, de la tendencia natural depredadora del hombre, de que la violencia desaparecerá con anuncios publicitarios, de lo que tenemos que comer o no comer…
Supongo que muchos de aquellos líderes han madurado con el paso de los años y se han dado cuenta de que una cosa es predicar y otra dar trigo; otros, a la vista está, si se han dado cuenta, se aferran al escaño, a la mullida moqueta, al coche oficial, al atractivo de un micrófono ante su boca… Hay mucho sepulcro blanqueado.
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