En sus comparecencias diarias en los medios de comunicación el señor Sánchez olvida la sentencia de Campoamor: “En este mundo traidor nada es verdad ni mentira, todo es según del color del cristal con que se mira”.
Con sus gafas usted ve su “limpieza” y los ciudadanos ven sus imperfecciones: “Soy un político limpio, aunque no perfecto”.
Con sus gafas usted ve rectificación donde los ciudadanos ven mentira: “Para mí eso no es mentir, es rectificar”; “No he mentido, he cambiado de opinión”. Le recuerdo que Felipe González añadió al dicho “rectificar es de sabios”: “… y tener que hacerlo a diario es de necios”.
Con sus gafas usted ve su “limpieza” y los ciudadanos ven sus imperfecciones: “Soy un político limpio, aunque no perfecto”.
Con sus gafas usted ve rectificación donde los ciudadanos ven mentira: “Para mí eso no es mentir, es rectificar”; “No he mentido, he cambiado de opinión”. Le recuerdo que Felipe González añadió al dicho “rectificar es de sabios”: “… y tener que hacerlo a diario es de necios”.
Dice usted que “Una cosa es la opinión pública y otra la publicada”: la opinión pública habló el día 28 de mayo de forma clara, contundente; en cuanto a “la publicada”, no debería quejarse, porque los grandes grupos de comunicación y sus comunicadores habituales beben los vientos por usted y por todo lo que ha hecho.
Dice usted “Asumo la responsabilidad de la ley del «solo sí es sí», pido disculpas a las víctimas». Algo es algo, pero no suficiente, porque las reducciones de condena y las excarcelaciones seguirán produciéndose y el pasado no tiene arreglo. ¿Qué dirán las víctimas, no deseables, de los violadores excarcelados que reincidan?
Dice usted que no cesó a Irene Montero porque antepuso «siempre la estabilidad institucional y una mayoría parlamentaria». Pues para muchos, ante el tremendo error que cometió, previa y reiteradamente advertido, tendría que haber pensado más en las víctimas que en la estabilidad institucional y la mayoría parlamentaria, o ¿tal vez usted identifica estabilidad institucional con permanencia en el cargo?
No me duelen prendas y le daré la razón en una de sus quejas: sobran los numerosos insultos que ha recibido; quienes los profieren habitualmente deberían aprender a ser duros con la palabra, pero sin utilizar improperios. Ahora bien, me tomo la libertad de pedirle que rebaje sus ínfulas, su altivez, su soberbia y la ira que le atenaza en ocasiones, no hay más que observar sus mandíbulas contraídas.
Usted y el señor Zapatero ven en el futuro “retrotraerse hacia atrás”, “un país de sombras”, “la negación de la ciencia”, “la negación de la cultura” y hasta al lobo del cuento. Sin embargo, al menos 8,7 millones de españoles miran al horizonte con esperanza, ilusión y prudencia. @mundiario
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