La culpa fue del chachachá. Esta semana se celebra la feria de las excusas, fiesta fija después de cualquier convocatoria electoral; pero en esta ocasión, el hebdomadario dedicado a echar sin disimulo la caspa a los demás, resulta sorprendente por los contundentes resultados que se han producido.
La humildad y el realismo brillan por su ausencia, nadie se detiene a reflexionar sobre sus posibles errores de programa, de campaña o de estrategia.
HARTAZGO DEL PUEBLO ANDALUZ
El señor Espadas atribuyó a la abstención su fracaso; muy seguro debía estar de que todos los que se fueron a la playa y se olvidaron de votar, eran simpatizantes y afiliados suyos –lo que es mucho suponer.
No admitió el generalizado hartazgo del pueblo andaluz, como ponen de manifiesto los siguientes datos: el PP ha ganado en las ocho provincias y en las ciudades, incluida Sevilla, de la que el señor Espadas fue alcalde hasta que le metieron en este lío; también perdió el PSOE su tradicional feudo de Dos Hermanas.
Hay que decir en su descargo que recibió dos “ayudas” durante la campaña: las de Sánchez y Zapatero, que siguió hablando de los ERES.
La señora Lastras tal vez cumpla el llamamiento a la rebelión que hizo a los electores durante la campaña: salid de casa el domingo para no tener que hacerlo el lunes –se supone que a protestar por si no le gustaban, como no le han gustado, los resultados-.
¿REFLEXIONARÁ VOX?
Vox, que se regodeó durante la campaña en unas expectativas que luego no se cumplieron y pedía el oro y el moro, se quedó a verlas venir. ¿Reflexionará sobre sus formas, lenguaje y ademanes?; ¿será posible que adopte una posición equilibrada entre su propuesta de desmantelamiento del Estado de las autonomías y la urgente necesidad de una eficaz y justa armonización de competencias en los ámbitos fiscal, sanitario y educativo?
¿Recapacitará sobre su posición ante la UE para admitir que sólo una Europa fuerte y unida podrá mirar con cierta tranquilidad el futuro ante los dos grandes bloques políticos y económicos?
El mantra del cordón sanitario ni es democrático ni es efectivo; los votantes somos menos tontos de lo que algunos creen y ahora se ha demostrado en Andalucía. Hay que convencer, no apartar.
PP, RESULTADO INESPERADO
El PP ha tenido unos resultados que ni ellos mismos esperaban; Moreno Bonilla no debe olvidar lo que dijo al conocerse los resultados: humildad y trabajo; principios que debe adoptar el líder nacional, junto con los de armonía y sensatez.
El azucarillo se disolvió en el agua sin pena ni gloria, Ciudadanos debe estar al borde de la desaparición, porque hace cuatro años tuvo su gran oportunidad de pactar con el PSOE y librarnos de muchos de los problemas que padecemos hoy, pero la ambición de sobrepasar al PP fue su perdición… y la nuestra.
¿Qué decir del resto? El gallinero de la izquierda del PSOE cacareó mucho, pero ahí están sus resultados. Teresa Rodríguez basaba su alegría, pobre alegría, ¡en que habían frenado a Vox! Sorprendente: ¿asustando con que viene el lobo?, ¿gracias a la abstención? Carencia de realismo y autocrítica.
Adelante Andalucía tampoco reflexiona sobre su desunión. ¿Cuál es el futuro de Yolanda Díaz, ante el fracaso de aquellos a los que apoyó?, ¿seguirá pensando en escuchar transversalmente a todo el mundo? o ¿tal vez, espera la caída en desgracia de Sánchez para sustituirle y anunciar su momento?
Las elecciones andaluzas y el cese-invitación de Oltra pueden proporcionarnos sorpresas durante la tranquilidad de las vacaciones de agosto. Nos espera un invierno difícil. @mundiario