En la niñez vivimos, sufrimos y disfrutamos -permítanme la paradoja- con los fantasmas de cuentos infantiles o historias sobre ellos contadas por los mayores.

La fiesta de Halloween se ha asentado en España desde hace algunos años con su atrezo de sangre, fantasmas, espíritus, brujas, esqueletos, calaveras, espantapájaros, muerte y gatos negros.

En Europa son famosos los espectros que habitan entre los muros de castillos como la Torre de Londres, de Edimburgo, Versalles y Bran -donde se ambienta el popular personaje Drácula. En España tenemos los espíritus del Palacio de Liria y en ciudades como Madrid y Barcelona, entre otras, se organizan visitas a cementerios y otros lugares, en busca de visiones fantasmales. ¡Sin olvidar la Santa Compaña!

Pero, ¿qué es un fantasma?: “Imagen de una persona muerta que, según algunos, se aparece a los vivos.” Quiero precisar que el concepto de “vivos” podría entenderse como espabilados, listos o aprovechados, al menos en el sentido al que me refiero más adelante a los fantasmas.

Sánchez y sus adláteres son unos “vivos” que pretenden vivir de los muertos y, sobre todo, del muerto principal.

Durante el año 2025, para conmemorar el 50º aniversario de la muerte de Franco, España entera, de norte a sur y de este a oeste, se convertirá en un parque temático basado en el fantasma de Franco y sus duendes. Un Alto Comisionado y un Comité Científico de Expertos se encargará de la organización de más de 100 actos culturales, exposiciones y actividades en colegios, museos y espacios públicos. Es de suponer que se resaltarán solamente las vilezas franquistas.

Recordaré que, de los 49 millones de españoles, aproximadamente 36 nacieron después de la muerte de Franco o eran niños menores de 10 años.

Hay que enseñar la Historia de España con todos sus hechos, sin escamotear ninguno, para que quienes no vivieron aquel tiempo, aprendan que han existido numerosas guerras fratricidas y, a pesar de todo, hemos llegado al siglo XXI. Entre otros conflictos, podemos recordar las guerras entre reinos cristianos en la Edad Media; en el siglo XVIII la Guerra de Sucesión; en el XIX, la Guerra de la Independencia, las guerras carlistas y los conflictos cantonales; en el siglo XX, la Guerra Civil por antonomasia, la de 1936-1939.

Ya está bien de vivir del fantasma de Franco y sus duendes: unos por la nostalgia de un tiempo que se fue y no volverá, otros por espíritu de revancha, arma contra sus adversarios políticos y operación de distracción.

Para que exista solución al estado de enfrentamiento que vivimos, los vengativos, los nostálgicos y los del medio tendrían que empezar por admitir que España está enferma de resentimiento y de odio. Ahora no se trata de un enfrentamiento con ondas, palos, piedras y resultado de sangre, sino de una agresividad verbal injuriosa y generalizada. Triste ejemplo para los niños y jóvenes nacidos en tan pervertida sociedad.

Para completar el espectáculo ambulante durante el año 2025, Pedro Sánchez y coristas afirman que sus adversarios políticos juegan con las cartas marcadas, en connivencia con los jueces, en un “¡Todos contra mí!”

Hoy les desagradan, ¡cómo no!, las imputaciones delictivas a Begoña y su cuñado, al ex todopoderoso Ábalos, al amigo Koldo y al Fiscal General del Estado. Y olvidan, que ese mismo sistema judicial al que califican de prevaricador y consentidor de que la derecha juegue con las cartas marcadas, condenó a Rato, Conde, Ruiz-Mateos, Urdangarín -a la propia Cristina se le pidieron responsabilidades pecuniarias-, Bárcenas, Matas, Fabra, Pons, Granados,….

Sólo se puede mirar al futuro con espíritu constructivo, olvidando la venganza y buscando la reconciliación, sin renuncia a las ideas de cada cual, pero expresadas con respeto y bajo los principios del Estado de Derecho. @mundiario
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Alfonso García

Dedico mi tiempo libre a escribir artículos de opinión en El Correo Gallego y en Mundiario.com, y monografías sobre temas diversos. Actualmente corrijo y amplío mi último libro, “Algunos abuelos de la democracia (Iglesias, Zapatero, Rajoy, Sánchez, Rivera)”, con semblanzas de “otros abuelos” de políticos de hoy, como los de Aznar, Casado, Maíllo y Lastra, entre otros. También actualizo museofinanciero.com, un museo virtual de documentos antiguos relacionados con el sistema financiero español y el ferrocarril. Gracias por tu visita.
Alfonso García López (Madrid, 1942), jubilado como notario y escritor.