Las fábulas son tenidas por muchos como erudición de gente simple y poco conocimiento. En mi opinión, son fruto del sentido común, la experiencia y la observación, como en los refranes.

“¿Galgos o podencos?”, discutían los conejos de la fábula de Iriarte, mientras eran perseguidos por dos perros. Su enseñanza es sencilla: no elucubremos sobre lo accesorio de los peligros que nos acechan y pensemos en las posibles consecuencias.

¿Cupo, financiación singular, acuerdo o concierto fiscal, pacto de financiación? Planteamiento estéril, dialéctico, bizantino, discusión de esgrimista, propia de eruditos especulativos y escasamente pragmáticos.

Así se está tratando el contenido del acuerdo de investidura en Cataluña, suscrito entre el PSC y ERC y publicado.

Lo verdaderamente mollar es su contenido, lo que han acordado en 25 páginas que, probablemente, no hemos leído los conejos españoles, porque nos limitamos a escuchar el ladrido de los galgos, ¿o podencos?, y a discutir, mientras el peligro está encima.

Tengo interés en repetirme. El pacto de investidura entre PSC y ERC incluye compromisos contrarios a la igualdad entre todos los españoles y entre todos los territorios, preconizada en la Constitución. Veamos uno de los objetivos:

– “Impulsar un sistema de financiación singular que avance hacia la plena soberanía fiscal, basado en la relación bilateral con el Estado…”

– “La gestión, recaudación, liquidación e inspección de todos los impuestos soportados en Cataluña corresponden a la Agencia Tributaria de Cataluña, salvo los de naturaleza local.”

– “No se trata de reformar el sistema de financiación común, sino cambiarlo sobre la base de un nuevo paradigma basado en la bilateralidad, la singularidad y el federalismo fiscal. “

-“Aumento sustancial y progresivo de la capacidad normativa en materia fiscal.”

-Cataluña contribuirá a las finanzas del Estado: por el coste de los servicios que reciba del Estado y con una cuota de solidaridad que no se concreta. La solidaridad estará limitada por el principio de ordinalidad, con el fin de que las regiones que más aportan cuenten finalmente con recursos no inferiores a la media, tras aplicar el criterio de financiación per cápita. Por lo que parece, no se considerarán ni el envejecimiento, ni la insularidad ni la dispersión de la población, por ejemplo.

Así las cosas, Sánchez ha dado un golpe de mano en su partido, al convocar un Congreso Federal para el mes de noviembre, en el que se presenta a la reelección. Los disidentes, aunque expresasen su oposición a la dirección, serían minoría. Por ello y, en aras del interés personal – conservar cargos en el partido y cargos remunerados- es de esperar que se produzca una adhesión inquebrantable al líder y a los principios del movimiento sanchista.

Sánchez tiene el primer semestre del año 2025 -según consta en el acuerdo con ERC- para ejecutar el pacto; es decir, para modificar la LOFCA de forma que permita un cambio del sistema de financiación con apariencia de legalidad, que nos conduzca al federalismo fiscal, herramienta previa para alcanzar el objetivo de una república federal.

Pero aún hay más. Ha debido de oír algo sobre César y su divide y vencerás, y convocará, en aras de la bilateralidad, a los presidentes de las comunidades autónomas, para prometerles más recursos.

Podrá decirse que es felón, mentiroso, sin principios ni escrúpulos, de opinión voluble, oportunista… pero es perspicaz, astuto, fajador, con una maniobrabilidad potenciada por sus otras “cualidades”. @mundiario
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Alfonso García

Dedico mi tiempo libre a escribir artículos de opinión en El Correo Gallego y en Mundiario.com, y monografías sobre temas diversos. Actualmente corrijo y amplío mi último libro, “Algunos abuelos de la democracia (Iglesias, Zapatero, Rajoy, Sánchez, Rivera)”, con semblanzas de “otros abuelos” de políticos de hoy, como los de Aznar, Casado, Maíllo y Lastra, entre otros. También actualizo museofinanciero.com, un museo virtual de documentos antiguos relacionados con el sistema financiero español y el ferrocarril. Gracias por tu visita.
Alfonso García López (Madrid, 1942), jubilado como notario y escritor.