Donald Trump: el personaje que vemos y escuchamos

12 marzo 2025

Mundiario

Con Trump vamos de sorpresa en sorpresa, de osadía en osadía. Olvidemos la lejía como solución a la Covid; la dieta perruna de los inmigrantes; los insultos a Kamala y Biden; la condena durante la campaña electoral por más de 30 cargos graves; los indultos a los asaltantes del Capitolio…

Pero ha concitado el voto del mayor número de americanos en unas elecciones presidenciales, tal vez, porque los lemas “America first” y “America great again”, son muy acordes con el estilo de vida de sus votantes.

La polémica sigue -reivindicaciones territoriales, Ucrania, Gaza, aranceles, deportaciones, OTAN, Putin… Pero me detendré en lo que me sugiere el ser humano.

Su comportamiento es arrogante, recordemos sus intervenciones con el codo apoyado en el atril – propio de quien dice aprended de mí-; la costumbre de señalar con el dedo índice, con frecuencia de forma amenazadora; el rictus de la boca, unas veces despreciativo, otras irónico, y en ocasiones agresivo; puños cerrados; unos movimientos de caderas, impropios de su edad.

Su incontinencia verbal es proverbial, ya sea a través de las redes sociales o en discursos. Raramente utiliza un guion, lo que explica algunas de sus imprudentes e intempestivas peroratas. La capacidad de improvisación es una cualidad muy valorada en los políticos, pero tiene riesgos.

Proceder de una familia adinerada no le ha asegurado un comportamiento cortés y educado. A sus gestos histriónicos hay que añadir la gorra de béisbol, parte inseparable de su cuerpo, cualquiera que sea el escenario, y sus eslóganes, quintaesencia de su personalidad. La chaqueta siempre desabrochada; cuando se sienta, es habitual que lo haga con las piernas abiertas -en español: espatarrado.

Su comportamiento habitual no es ni cortés, ni político ni diplomático, sino propio de un mercachifle, como quedó patente en la última visita del presidente de Ucrania a la Casa Blanca. Desde el saludo displicente al recibirle, hasta la invitación a que abandonara la sede presidencial, pasando por las continuas interrupciones al invitado, “no has dado las gracias”, “ya has hablado demasiado”, “puedes desencadenar la tercera guerra mundial”, “no tienes cartas”…. Una encerrona y una humillación para los 38 millones de habitantes de un país invadido por un déspota que quiere legitimar el uso de la fuerza para recuperar su antiguo imperio.

A Europa también le ha dedicado frases bonitas, una de ellas cuando afirmó que nosotros, los americanos, no tenemos un problema de seguridad, porque tenemos un hermoso océano por medio.

Sr. Trump, el océano no garantiza la seguridad, recuerde los misiles de Jrushchov en Cuba en octubre del año 1962 y el ataque terrorista al corazón de EE UU en el año 2001: World Trade Center, símbolo del poder económico; Pentágono, poder militar y el fallido contra el Capitolio, sede de la soberanía nacional.

Aún hay otro hecho reciente que reitera la personalidad de este hombre: el obsceno video oficial creado con IA, en el que conviven imágenes de la destrucción en Gaza, niños vagando entre las ruinas, hombres armados y, como contraste, como publicidad de su propuesta, complejos turísticos idílicos, palmeras, sensuales bailarinas y relax.

La frase sobre la seguridad y el vídeo de Gaza son temerarios y provocadores, dada la situación del orden mundial.

Si de todo lo que sucede se puede extraer alguna enseñanza positiva, tal vez, la actitud de Trump pueda servir para que Europa despierte, vele por su seguridad e impida que el autócrata Putin, en alianza comercial con Trump, consolide la ampliación expresa de su territorio mediante la anexión, o, de forma velada, forzando la retirada de Zelensky y poniendo al frente de Ucrania a un pro ruso sumiso. @mundiario

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Alfonso García

Dedico mi tiempo libre a escribir artículos de opinión en El Correo Gallego y en Mundiario.com, y monografías sobre temas diversos. Actualmente corrijo y amplío mi último libro, “Algunos abuelos de la democracia (Iglesias, Zapatero, Rajoy, Sánchez, Rivera)”, con semblanzas de “otros abuelos” de políticos de hoy, como los de Aznar, Casado, Maíllo y Lastra, entre otros. También actualizo museofinanciero.com, un museo virtual de documentos antiguos relacionados con el sistema financiero español y el ferrocarril. Gracias por tu visita.

Alfonso García López (Madrid, 1942), jubilado como notario y escritor.

Alfonso García

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Alfonso García López (Madrid, 1942), jubilado como notario y escritor.

1 Comentario

  1. Aurora Rodríguez

    Reunión de Zelensky con Trump y su troupe: un hombre sin traje y varios trajes sin hombre.
    Disparate tras disparate!
    “First”… en qué???

    Responder

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