Dos novedades en la jornada de hoy. Por una parte, los bicigrinos maños y de Logroño retornaron a sus lugares de origen. La segunda: hemos abandonado el Camino francés y a partir de hoy seguiremos nuestro propio camino, el que hemos decidido todos los bicigrinos, en dirección al Monasterio de Santo Toribio de Liébana, porque cualquier camino puede conducirnos a la ciudad del Apóstol.

Hoy ha surgido una incidencia técnica y hemos tenido que dedicar una parte de la mañana a resolverla, para que el bicigrino Nacho pudiera continuar con el resto del grupo. Hemos dedicado el resto de la mañana a recorrer las estrechas calles del casco viejo de Laguardia, localidad que se encuentra al pie mismo de la Sierra de Cantabria.

Laguardia surge en el siglo X para la defensa de Navarra, de ahí su emplazamiento en una colina y su carácter amurallado. Desde la ciudad alta hay una impresionante vista del valle, que muestra en todo su esplendor la riqueza de La Rioja alavesa: vides por doquier y una gran variedad de cultivos de huerta; patrimonio al que hay que añadir las numerosas bodegas censadas en la zona. No en vano se considera a esta localidad la capital de La Rioja alavesa.

Una de las puertas de entrada a la antigua ciudad amurallada, la de Páganos, tiene una placa con esta curiosa leyenda: “Paz a los que llegan, salud a los que habitan, felicidad a los que marchan”. La mayor parte de sus edificios son de piedra arenisca, lo que otorga al conjunto un carácter señorial. Paz, sosiego, silencio en la penumbra de sus calles: parece que el silencio habla.

Los dos edificios señeros son la Torre Abacial y la iglesia de Santa María de los Reyes, ambos del siglo XII. La iglesia tiene un impresionante pórtico policromado, que conserva los colores originales; tal vez esto ha sido posible merced a que el claustro ha permanecido cerrado desde el siglo XVI de forma continua.

No puedo olvidar la recoleta Plaza Mayor, de apenas treinta metros de anchura,

en la que se encuentra el magnífico edificio que acoge al Ayuntamiento, del siglo XIX. Un reloj de cuco existente en la fachada atrae la atención de los visitantes, cuando cada hora salen unos dantzaris que bailan con música de pasacalles. Rodeados de este acogedor y grato ambiente, al sol, Nacho y el que esto escribe compartimos espárragos blancos de la tierra, hervidos, con una salsa de mayonesa y setas, y alcachofas levemente pasadas por la sartén con salpicaduras de jamón; unos y otras recogidos apenas dos horas antes.

La desgastadas piedras de arenisca de algunos de los edificios, como consecuencia de la lluvia y el viento, me hicieron pensar en que si estos edificios centenarios han sobrevivido a los elementos y mantenido su nobleza, los seres humanos debemos afrontar con templanza las contrariedades que la vida nos presenta cada día, con temple.

El día se completó con la vista a una bodega de Elciego, que, por cierto, alberga una magnífica colección de pintura; también hicimos una parada en Briones, en su plaza mayor, dignificada con el soberbio edificio del ayuntamiento y la iglesia de la localidad. Algunas curiosidades de este templo: su sacristía sería propia de una catedral, lo mismo que el órgano; fue declarado monumento histórico-artístico en el año 1982.

Llegamos a nuestro destino de hoy, Miranda de Ebro, donde encontramos acogida en la Hospedería del Convento, de la Congregación del Sagrado Corazón. Disfrutamos de su hermoso y restaurado claustro y de unas instalaciones acogedoras al tiempo que sencillas. El convento tiene su origen en el año 1334.Paseando por el claustro me encontré con uno de los componentes de la comunidad, el Padre Jesús, quien se ofreció como guía. Una conversación muy enriquecedora. Antes de recogernos damos un paseo por la parte vieja de Miranda. @mundiario

Alfonso García

Dedico mi tiempo libre a escribir artículos de opinión en El Correo Gallego y en Mundiario.com, y monografías sobre temas diversos. Actualmente corrijo y amplío mi último libro, “Algunos abuelos de la democracia (Iglesias, Zapatero, Rajoy, Sánchez, Rivera)”, con semblanzas de “otros abuelos” de políticos de hoy, como los de Aznar, Casado, Maíllo y Lastra, entre otros. También actualizo museofinanciero.com, un museo virtual de documentos antiguos relacionados con el sistema financiero español y el ferrocarril. Gracias por tu visita.
Alfonso García López (Madrid, 1942), jubilado como notario y escritor.