Contando con la condescendencia de los lectores, dedicaré unas palabras a mi segundo libro de cuentos infantiles: ¡Abuelo, vamos a leer un cuento!
Se trata de una experiencia personal de paseos y conversaciones con mis seis nietos, en los que hablamos de tsunamis y volcanes, urbanidad, perros pastores, fabricación de mermelada, solidaridad y ¡hasta de mi cumpleaños! Naturalmente, están escritos pensando también en otros niños.
Difícilmente habrá discrepancias cuando se habla de la importancia del fomento de la lectura entre niños y adolescentes. Mi propósito al escribir estos seis relatos, es que los niños adquieran gusto por la lectura, aprendan cosas que no se explican en la escuela, se familiaricen con la naturaleza, fomenten la memoria –tan denostada pero tan necesaria- y mejoren su expresividad.
Estos relatos podrán ser objeto de regalo a un nieto, hijo, hermano o sobrino, pero quien regala un libro a un niño puede ofrecerle algo más importante: una parte de su tiempo para compartir la lectura con él.
La lectura compartida, leyendo alternativamente párrafos niño y adulto, hace más atractiva la lectura y fomenta la afición a ella a través de su teatralización.
Al mismo tiempo habituaremos al niño a preguntar el significado de determinadas palabras, a usar el diccionario, a leer con la entonación y las pausas adecuadas y a fijar la atención.
Al final de cada relato, el incipiente lector deberá responder a unas sencillas preguntas que permitirán descubrir su nivel de atención durante el proceso lector e inculcar la curiosidad por conocer lo que no sabe, en vez de callar por vergüenza o falta de atención.
El ingenuo poema alusivo a cada historia, debería ser memorizado para después recitarlo con ocasión de una fiesta familiar y, de ese modo, favorecer la retentiva, vencer la timidez y adquirir desenvoltura y capacidad expresiva.
El hilo conductor común, conversaciones de este abuelo con sus nietos, pretende reflejar esta entrañable relación.
Cuando regaléis un libro a un niño, incluid un bono de tiempo de lectura compartida, que facilitará el cumplimiento de los objetivos indicados, ya fuese sentados en la playa, recostados en su cama antes de apagar la luz o acomodados en el sofá durante una tarde de invierno.
¡Adultos y niños, os deseo una feliz lectura compartida! @mundiario
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