Auctoritas” supone la legitimación que la sociedad reconoce al que gobierna, sobre la base de su saber, experiencia, honradez, ponderación, criterio, persuasión y otras cualidades semejantes Por ello, “auctoritas” genera una adhesión espontánea y racional de los gobernados, nacida del convencimiento de que sus líderes poseen esas cualidades.
“Imperium” está basado en la fuerza y la imposición, ni da explicaciones ni admite porqués. El fanatismo de quien lo ejerce suele ser una de sus causas más frecuentes; en otros casos puede estar basado en la soberbia; pero siempre es irracional.
El gobierno basado en el imperium sería impropio de un país moderno, civilizado, libre y democrático; sin embargo, si nos atenemos al número de seres humanos que en el mundo lo sufren o lo toleran, llegamos a la conclusión de que casi un 60 % de la población mundial vive sometida a regímenes mantenidos por la fuerza y, por lo tanto, son antidemocráticos. Si añadimos los países libres liderados por gobernantes que carecen de “auctoritas”, llegamos a una conclusión desalentadora.
A nivel nacional e internacional hay sequía de líderes con “auctoritas” y los que parecían poseerla, se han ido o la pierden a chorros. Ahí están las incongruencias de una gran parte las relaciones internacionales, basadas en principios estrictamente económicos, que dan de lado a principios y valores como la libertad, la democracia o los derechos más elementales de los seres humanos.
Pero no atribuyamos este comportamiento de los gobernantes sólo a la carencia natural de “auctoritas”, pues influye sobre ellos la presión a que los somete la sociedad actual, que no está dispuesta a emprender aventuras, teme perder su situación de confort y no quiere renunciar a “tenerlo todo” pronto, cómodamente y a un precio que le permita mantener un consumo exacerbado.
Si se acepta este razonamiento:
¿Cómo entender las intensas relaciones económicas del mundo libre y democrático con países totalitarios que no respetan los más elementales derechos de las personas?
¿Cómo entender la actitud de los países libres y democráticos en los conflictos migratorios y en la búsqueda de soluciones?
¿Cómo entender la vacilante actitud de la UE en el asalto de la Federación Rusa a Ucrania?
¿Cómo entender que la OTAN no se haya implicado en Ucrania, cuando en más de una ocasión lo ha hecho en países que no formaban parte de la organización?
Los gobernantes autócratas, Putin, Xi Jinping, Kim-Jong-Un y los de otros países asiáticos y africanos que gobiernan con la fuerza del “imperium”, saben la debilidad del mundo libre y la paulatina pérdida de “auctoritas de sus dirigentes”, presionados por unos ciudadanos que dan más valor a mantener su estatus que a respetar ciertos principios. Por otra parte, el sufrimiento de sus súbditos no es una preocupación para ellos.
También donde gobierna el “imperium” se dan enormes contradicciones: la existencia de dos clases de seres humanos, los oligarcas que viven como si estuvieran asentados en los países “ricos, capitalistas”, y cientos de millones de personas que viven en la miseria más absoluta.
Otra contradicción es la base de su comercio internacional: producir a bajos costes, merced a la inexistencia de derechos sociales, para poder competir con un mundo tan diferente al suyo.
¿No es, pues, también incongruente que quienes se llaman progresistas digan no a la guerra “con la boca chica” y no se manifiesten claramente contra quienes inician semejante guerra, pisotean los derechos humanos, la igualdad de las personas y la libertad? @mundiario
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