La línea Madrid-Alicante es la primera que enlaza a Madrid con la costa; se llevó a cabo en tres fases: Madrid-Aranjuez, 1851, se construyó para facilitar a los Reyes el acceso a sus lugares de recreo y veraneo; Madrid-Albacete, 1856; Albacete-Alicante, 1858. Su promotor fue José de Salamanca, concesionario y accionista, junto con un grupo de financieros franceses entre los que se encontraban las familias Rothchild y Pereire. En 1856 se concede al mismo grupo la construcción de la línea Madrid-Zaragoza. La suma de ambas concesiones (Madrid-Alicante y Madrid-Zaragoza), daría lugar a la constitución de la Compañía de los Ferrocarriles de Madrid a Zaragoza y a Alicante (MZA) el día 31 de diciembre de 1856, con un capital de 456 millones de reales. Las obras se iniciaron en 1857 y finalizaron en diciembre de 1863, aunque se fueron poniendo en servicio diferentes tramos a medida que iba finalizando su construcción. En 1858 José de Salamanca vende a MZA la línea Castillejo-Toledo a cambio de un paquete de obligaciones. En 1858 la red de MZA se ve ampliada con la compra de la concesión de Alcázar de San Juan-Ciudad Real al Marqués de Villamediana. En 1860 adquiere en subasta la concesión Manzanares-Córdoba y en 1859 adquiere al Marqués de Salamanca la línea Albacete-Cartagena. MZA dispone de 1.423 Km. en 1865, en años sucesivos absorbería las líneas Córdoba-Sevilla, en 1875, Sevilla-Huelva en 1877, Mérida-Sevilla en 1880, Ciudad Real-Badajoz en 1880 y Aranjuez-Cuenca en 1883. En 1906 se extendía a lo largo de 3.645 km., lo que representaba más de un 32% del total de la red y le otorgaba el primer lugar entre las compañías ferroviarias españolas. En 1889 se fusiona con la Compañía de Ferrocarriles de Tarragona a Barcelona y Francia (TBF)