La concesión para la construcción y explotación de esta línea ferroviaria fue otorgada el 15 de enero de 1886 a Amador Villar Castropol, quien la cedía en julio de 1887 a la compañía belga a la que corresponde el título exhibido, fundada en Bruselas el 19 de marzo de 1887. El objetivo de la línea de ferrocarril era dar salida a la riqueza minera de la zona, cuya principal explotación era la mina Mena.